La batalla por el Scudetto se ha convertido en una carrera de fondo con un protagonista muy claro en clave rossonera: el Milan de Allegri, líder en una Serie A con cuatro aspirantes separados por un solo punto, promete un camino desafiante y lleno de emociones.
Milan y Napoli comparten liderato en Serie A
Milan comparte la cima con Napoli en 28 puntos, con Roma e Inter apenas un peldaño por detrás, y la diferencia no está solo en la tabla, sino en los datos avanzados. El equipo rossonero es el que menos xG concede por 90 minutos en la liga, y uno de los mejores de Europa en esa métrica. Esto quiere decir que el Milan obliga a los rivales a rematar desde lejos, desde ángulos malos y con muy pocas “big chances” limpias en el corazón del área. Los de Allegri tienen momentos puntuales de desconcentración que han pagado caro, sin embargo, se mantienen arriba, aunque la diferencia pudiera ser mayor.
Rendimiento del Milan en Serie A
En ataque, su volumen de xG lo coloca por detrás del Inter pero dentro de la élite del campeonato, sosteniendo una diferencia de goles de +10 con 19 tantos a favor y solo 9 en contra. Los modelos de puntos esperados (xPTS) muestran, además, que Milan suma más puntos de los que indicaría la suma de su xG a favor y en contra: está “sobre-rindiendo” respecto a los datos, una señal clásica de equipo campeón que maximiza los momentos clave.
La explicación táctica habla de un Allegri estableciendo un bloque medio-bajo extremadamente compacto, que presiona poco arriba, pero defiende de forma casi quirúrgica su frontal del área, a veces en exceso.
Las métricas de PPDA indican que Milan permite muchos pases antes de activar la presión, lo que confirma que no busca asfixiar al rival en campo contrario, sino esperarlo, cerrarse por dentro y elegir bien cuándo saltar. Los mapas de tiro y “expected threat against” reflejan que casi todos los ataques rivales acaban derivando hacia los costados y a centros laterales, mientras la zona de remate central permanece blindada; por eso, la xG por disparo en contra del líder es tan baja. La vocación defensiva antaña donde se llevaba el juego a los costados o desde el disparo largo resurge en Allegri para darle irónicamente frescura a un equipo que lleva tiempo sin defender bien.
En esa estructura, la pareja Pavlović–Gabbia se ha consolidado como uno de los ejes defensivos del torneo. Ambos lideran los registros del equipo en despejes, duelos aéreos y balones bloqueados por 90 minutos, y cuando están juntos, el xG concedido cae todavía más. Esto indica que no solo reducen el volumen de tiros, sino también la calidad de los pocos que llegan.
El carrilero derecho (ya habitual el canterano Davide Bartesaghi) aporta un considerable número de entradas e intercepciones en banda, obligando a los extremos rivales a jugar siempre lejos del área y reforzando esa idea de “embudo” defensivo que hace tan difícil generarle ocasiones claras al Milan.
Detrás, Mike Maignan pone la guinda: el equipo encaja menos goles de los que sugiere su xG en contra, síntoma de un portero que detiene más de lo esperado y, junto a la zaga, convierte ocasiones medias en tiros inocuos. El capitán está en su mejor momento, y por eso muchos medios hablan ansiosamente de renovación (un tema aparte).
El mediocampo del Milan cumple las promesas
A pesar de la lesión prolongada de Jashari, la no titularidad de Ricci y la intermitencia de Fofana, el mediocampo de Allegri es uno de sus puntos fuertes.
El centro de la cancha combina músculo, lectura táctica y creatividad. Ricci y Fofana destacan llamativamente en recuperaciones, duelos defensivos y presiones efectivas, siendo los “apagafuegos” silenciosos del sistema: cortan contras, cierran pasillos interiores y permiten que el rival no pueda correr con espacios. El italiano se percibe un poco mejor que el francés cuando juega, pero estas métricas silenciosas son las que nos pueden dar un indicativo de la insistencia de Allegri en Fofana a pesar de que no gusta. Su rendimiento muchas veces dice lo contrario.
Luka Modrić, por su parte, lidera al equipo en pases totales, balones en campo rival y pases progresivos, situándose también entre los mejores de la liga en asistencias esperadas y pases clave. Modrić no solo da pausa y dirección; sus métricas de progresión de balón y de conexión con los últimos metros explican por qué, cuando Milan sale, lo hace casi siempre con sentido y con capacidad real de generar xG.
En este entramado aparecen dos piezas menos ruidosas pero fundamentales: Adrien Rabiot y Alexis Saelemaekers. Rabiot no lidera ninguno de los apartados, pero es el que más corre cuando está en cancha. Y ojo, no corre por correr. Sus estadísticas de recuperaciones, tackles y duelos por 90 minutos lo colocan entre los mediocentros más activos del equipo, cubriendo mucho campo, llegando a banda y permitiendo que Modrić se enfoque en construir. Es el equilibrador que todos esperaban, cubriendo espacios y falencias, compensando desbalances tácticos y combinando músculo con clase y toque.
Saelemaekers es el carrilero de alta energía que necesita este modelo para redistribuir en el otro costado. El carrilero derecho funciona más como defensor, mientras el belga lo hace todo, pero su rol en el medio y en ataque es mayor. La “salamandra” acumula entradas, intercepciones y duelos ganados en niveles muy superiores a la media de los laterales, y al mismo tiempo sobresale en centros, pases al área y xA por 90 minutos, lo que lo convierte en llave de ida y vuelta por su costado.
El ataque del Milan sobrevive en una Serie A sin grandes goleadores
La gran historia, sin embargo, está delante. Las lesiones y el rendimiento han reconfigurado la jerarquía del “9” y han llevado a Rafael Leão a un nuevo rol. En las primeras cinco jornadas, Giménez fue el delantero que más ocasiones claras desperdició en la Serie A, justo cuando el equipo necesitaba que capitalizara el volumen de xG generado mientras Leão y luego Pulisic encadenaban problemas físicos. Su desacierto, sumado a su posterior lesión, abrió la puerta a un rediseño del frente de ataque en el que el portugués ha pasado de ser un extremo con momentos de desequilibrio a convertirse, de facto, en el “9” del líder.
Las métricas respaldan ese cambio. Leão ya era el gran generador de amenaza de Milan en términos de xG, xA, regates y “expected threat” por conducción, pero en esta campaña ha desplazado parte de su radio de acción hacia zonas más centrales. Los datos muestran que ha aumentado su volumen de remates dentro del área y su xG por tiro, situándose como principal finalizador del equipo una vez que Giménez ha salido de escena. Allegri, que ya había insinuado públicamente que Leão tiene cualidades para ser un gran delantero centro, está aprovechando su potencia al espacio, su físico, su arranque y su capacidad para atacar el primer palo como si fuera un “9” clásico pero movible y habilidoso.
Este nuevo Leão alterna dos versiones según el contexto del partido. En fases de salida y progresión, sigue recibiendo muchas veces en izquierda para encarar en uno contra uno, donde sus números de regates intentados y completados continúan entre los mejores de la liga, lo que obliga a la defensa rival a bascular y dejar espacio interior.
Pero en cuanto el balón entra en campo contrario y se acerca al área, sus mapas de posición muestran una tendencia clara a atacar zonas de punta: se perfila entre centrales, ataca centros desde segunda línea y muchas de sus acciones terminan con un remate en carril central, típico del delantero de referencia. El resultado es un jugador que sigue generando para los demás pero que, a la vez, concentra un porcentaje creciente de la xG del equipo, ocupando el lugar que el plan inicial reservaba a Giménez.
Además, y es lo más sorprendente e inesperado, Rafa ancla centrales, juega de espaldas y descarga por momentos, desgasta al rival. Esto a pesar de la invisibilidad de Nkunku, la mayor decepción sin ninguna duda. El ataque del Milan cuando no está Pulisic, juega con uno menos.
Precisamente, El estadounidense lidera al equipo en xG+xA por 90 minutos y encabeza también la tabla de goles y asistencias de Milan en Serie A, lo que lo convierte en el socio perfecto para un Leão más centrado. A+un no se ha visto esa compenetración, pero cuando jueguen juntos con regularidad hay motivos para ser optimista. Los datos de ocasiones creadas y de centros/pases al área sitúan a Pulisic por encima de la media de atacantes de la liga, y su conexión con Leão (todavía intermitente) y los carrileros explica buena parte del volumen de “big chances” del líder.
El eje central del Milan: los referentes que sostienen la lucha por la serie A
Si se compara rendimiento individual con la media del equipo, emerge un núcleo rossonero claramente por encima del resto. Pulisic y Leão dominan las métricas ofensivas, Pavlović y Gabbia encabezan los registros defensivos, y Maignan tiene un diferencial positivo entre goles encajados y xG en contra. Rabiot y Saelemaekers, sin liderar nada, se cuelan en la élite de la plantilla en acciones defensivas exitosas y contribución mixta, lo que explica por qué son tan importantes para Allegri en su dibujo alrededor del inacabable Luka Modrić.
Todo esto ocurre en un contexto de máxima competencia. Inter, el equipo con mayor xG acumulado del campeonato, proyecta la imagen de bloque más dominante en ataque, apoyado en un sistema agresivo y una plantilla profunda acostumbrada a jugar al límite en Europa.
Napoli, vigente campeón bajo Conte, mantiene una estructura táctica reconocible y muy eficiente, aunque con algo de desgaste en el entorno y dependencia de sus figuras creativas, tal y como reflejan sus números en xG y xGA muy propios de candidato al título pero con altibajos emocionales.
Roma, transformada por Gasperini en un equipo que presiona alto y corre a gran ritmo, se mantiene enganchada a la pelea pese a tener menos fondo de armario y jugar sin delantero; sus métricas combinan una de las defensas que menos permite en el área propia con un ataque vertical muy efectivo cuando sus jóvenes entran en racha. Las métricas muestras que, de los equipos de arriba, la Roma es la que más está consiguiendo resultados por encima de lo que “debería”.
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