Zohran Mamdani es elegido alcalde de Nueva York

Zohran Kwame Mamdani, de 34 años, fue elegido alcalde de la ciudad de Nueva York tras obtener el 50,4 % de los votos en las elecciones del 4 de noviembre de 2025, superando al exgobernador Andrew Cuomo, quien alcanzó alrededor del 41 %.

Asumirá el cargo el 1 de enero de 2026. Será el primer alcalde musulmán y de origen surasiático en la historia de la ciudad, además de uno de los más jóvenes en ocupar el puesto. Su elección ha generado polémica en muchos sectores, en parte por su modelo discursivo —propio de la política contemporánea— y por el agravamiento de la polarización tanto desde el plano que profesa y exterioriza como quien absorbe toda la retorica política del mundo en la actualidad.

Zohran Mamdani: De Kampala a Queens

Zohran Mamdani

Nacido en Kampala, Uganda, en 1991, Mamdani emigró a Nueva York con su familia durante su infancia. Hijo de académicos y activistas, creció en Astoria (Queens), el mismo distrito que representó en la Asamblea Estatal de Nueva York desde 2021. Es licenciado en Estudios Africanos por Bowdoin College y se naturalizó ciudadano estadounidense en 2018.

Zohran Mamdani: entre la experiencia latinoamericana y la tradición socialdemócrata

El programa político de Zohran Mamdani se inscribe en una corriente de pensamiento que combina economía de mercado, justicia distributiva y fortalecimiento del Estado social.

Su orientación, conocida como socialismo democrático o socialdemocracia contemporánea, busca corregir los “desequilibrios” del capitalismo sin sustituirlo ni mucho menos.

Sin embargo, el término “socialista” genera equívocos frecuentes, especialmente en contextos donde esa palabra está asociada a los modelos centralizados y dictatoriales de Cuba o Venezuela.

La diferencia fundamental radica en el papel del Estado y en la estructura del poder económico, además de que no gobernará un país (hecho obviamente claro, pero preciso de mencionar).

Mientras los sistemas socialistas latinoamericanos se basan en la propiedad estatal de los medios de producción y en la planificación económica directa, la socialdemocracia —como la que plantea Mamdani— defiende la propiedad privada, la competencia regulada y la redistribución de recursos a través de impuestos progresivos.

En el modelo latinoamericano, la igualdad se busca mediante control político y centralización económica; en el enfoque socialdemócrata, a través de regulación, fiscalidad progresiva y servicios públicos amplios que garanticen un mínimo de bienestar sin anular la iniciativa privada.

Mamdani no pretende desplazar al mercado, sino subordinarlo —dentro del rango posible— a criterios de equidad social, de modo que el desarrollo urbano no dependa exclusivamente del interés inmobiliario o financiero.

Su propuesta también se distancia del neoliberalismo urbano que ha dominado Nueva York desde la década de 1980, bajo administraciones como las de Giuliani o Bloomberg.

Ese modelo privilegió la inversión privada, la desregulación y el crecimiento del sector inmobiliario, pero a costa de una desigualdad creciente, del encarecimiento habitacional y del deterioro de la infraestructura pública.

Frente a ello, Mamdani propone un retorno del Estado como actor regulador, capaz de intervenir allí donde el mercado ha dejado vacíos sociales.

En este sentido, su proyecto comparte más afinidades con las democracias nórdicas —como Suecia o Dinamarca— que con los regímenes latinoamericanos.

El Estado, en su visión, no debe controlar la economía, sino garantizar las condiciones para que el bienestar sea posible: vivienda asequible, transporte accesible, energía limpia y educación pública de calidad.

El poder político, a su juicio, debe medirse por la capacidad de asegurar que nadie quede excluido del sistema. Quizás utópico, idealista, propagandístico. Lo cierto es que algunas reacciones exageran el contexto de su ideología política.

Principales ejes del programa de Zohran Mamdani

Zohran Mamdani y la vivienda asequible

La política habitacional es el núcleo de su agenda. Mamdani sostiene que el acceso a la vivienda debe ser un derecho, no un privilegio sujeto a la especulación del mercado. Propone extender el control de rentas a más unidades, establecer un límite al incremento anual de los alquileres y crear un fondo público permanente destinado a la construcción o compra de edificios municipales de renta accesible.

La medida busca contrarrestar un problema estructural que maneja Nueva York y es el hecho de tener una de las proporciones más altas del mundo entre costo de vivienda e ingreso promedio.

La problemática de la vivienda y la renta es un tema serio y preocupante en occidente, donde cada vez el acceso a la habitacionalidad se vuelve más limitado cuando de por sí, debería ser un derecho como condición de la vida humana.

Ahora, lejos de tomar partido, se entiende, o se puede entender, que este eje pretende atacar de cierta manera esta situación de la vivienda. En la práctica, sin embargo, su implementación enfrenta tres obstáculos claros. Uno es la resistencia del sector inmobiliario, que depende de la rentabilidad para sostener la inversión privada. Otro es la capacidad presupuestaria limitada, porque la ciudad tendría que endeudarse o elevar impuestos para financiar un parque público de gran escala. Además, traería otro problema, y sería el de desplazamiento urbano (gentrificación); sin una política metropolitana conjunta, las zonas periféricas seguirían sufriendo presiones de mercado.

El desafío de Mamdani será equilibrar regulación y oferta, o sea, controlar precios sin desincentivar la construcción, y expandir vivienda pública sin provocar fuga de inversión. No es nada fácil, y se supone desde el ojo de un analista, que es casi imposible estructurar toda una red tal cual intenciona.

Zohran Mamdani y el transporte gratuito o subsidiado

Mamdani defiende la idea de que la movilidad es una forma de igualdad social. Su propuesta es reducir progresivamente el costo del metro y autobuses hasta alcanzar la gratuidad, financiando el sistema mediante impuestos sobre grandes corporaciones, desarrollos inmobiliarios de lujo y vehículos de alta emisión contaminante. La medida tendría beneficios urbanos claros al reducir la congestión vehicular; mejorar la calidad del aire y aumentar la conectividad laboral de los sectores de bajos ingresos. Claro, esto es sobre el papel.

El sistema de transporte de Nueva York —uno de los más extensos y antiguos del mundo— presenta un déficit estructural superior a los 4 mil millones de dólares anuales, según la Metropolitan Transportation Authority (MTA). Lograr la gratuidad requeriría una reforma fiscal profunda y coordinación entre niveles de gobierno, algo poco habitual en la política estadounidense.

Aun así, su impulso podría iniciar un cambio cultural para concebir el transporte como infraestructura esencial del bienestar urbano.

Zohran Mamdani

Zohran Mamdani y el sistema fiscal redistributivo

Uno de los ejes más polémicos junto al de la vivienda. La propuesta tributaria de Mamdani busca modificar la arquitectura fiscal local. Pretende aumentar los impuestos a propiedades de lujo, rentas especulativas y grandes fortunas, mientras ofrece alivios a trabajadores y pequeños negocios. El objetivo es doble: financiar políticas sociales y reducir la dependencia del endeudamiento público.

En términos económicos, no es una ruptura, sino una reversión parcial del modelo neoliberal instaurado en los años 80, que redujo la carga fiscal a los sectores de mayor capital.

Sus implicaciones son amplias y un tanto cuestionables. Podría redistribuir riqueza dentro de la propia ciudad, reduciendo la concentración inmobiliaria. Pero también podría estimular la evasión fiscal y la relocalización empresarial si las tasas se perciben como punitivas. Requiere aprobación legislativa estatal, lo que limita la autonomía del alcalde.

En resumen, es una política viable en el plano técnico, pero políticamente vulnerable. Su éxito dependerá de su capacidad para demostrar que la redistribución puede sostener la inversión y no ahuyentarla.

Zohran Mamdani y los servicios públicos fortalecidos

En un contexto donde el sector privado domina la educación superior y la salud, Mamdani propone reconstruir la red pública como eje de cohesión social. Su plan incluye mayor inversión en escuelas, programas de salud mental, hospitales municipales y centros comunitarios.

El fundamento de esta propuesta es económico además de moral: argumenta que la precariedad social genera costos indirectos —en seguridad, desempleo y salud— más altos que la inversión preventiva. Los críticos, sin embargo, apuntan que Nueva York enfrenta un déficit presupuestario y que ampliar servicios sin elevar impuestos sería insostenible. Si logra hacerlo sin deteriorar servicios esenciales, marcaría un precedente para otras ciudades estadounidenses. Parece demasiado idealista.

Transición energética y propiedad pública:

El componente ambiental es uno de los pilares estratégicos de su gobierno. Mamdani plantea la creación de una corporación eléctrica pública, administrada por la ciudad, que gestione energía limpia y garantice precios estables.

Propone además reducir progresivamente la dependencia de combustibles fósiles, expandir techos solares y reconvertir empleos del sector energético privado hacia la economía verde. La idea no es inédita, pues Los Ángeles y Seattle poseen compañías municipales que operan con buenos resultados. El reto en Nueva York es la escala, porque el sistema energético metropolitano está fragmentado entre múltiples operadores privados. Cualquier transición implicaría negociaciones contractuales complejas y altos costos iniciales.

Aun así, su planteamiento responde a la tendencia global de relocalizar la gestión de recursos críticos en un contexto de crisis climática y volatilidad del mercado energético. Transformar esa visión ambiental en un plan financieramente viable es como pasar de un barco de papel a un buque de carga.

Seguridad y política social en el esquema político de Zohran Mamdani

Zohran Mamdani

Mamdani propone reasignar entre el 5 % y el 10 % del presupuesto de la Policía de Nueva York (NYPD) —que supera los 10 mil millones de dólares anuales— hacia programas de salud mental, vivienda y mediación comunitaria.

Su postura busca, aparentemente, redefinir la función de la policía, concentrando los recursos policiales en delitos graves y dejando que especialistas civiles intervengan en crisis no violentas.

Qué esperar de las propuestas de Zohran Mamdani

Los ejes propuestos por Mamdani componen un modelo de Estado urbano activo, centrado en la equidad social y la sostenibilidad. Cada una de sus políticas tiene precedentes exitosos en otras ciudades, pero trasladarlas a la escala y complejidad de Nueva York requiere una ingeniería institucional precisa.

El programa es ambicioso, coherente en sus principios, pero enfrenta limitaciones estructurales que podrían convertirlo en un ejercicio más simbólico que transformador. Aunque ha despertado entusiasmo en sectores progresistas y preocupación en el ámbito empresarial, su viabilidad práctica dependerá de factores que trascienden la voluntad política.

Lo que plantea —desde la vivienda pública hasta la energía municipal— requieren coordinación intergubernamental, reformas legales y recursos financieros que no siempre dependen de la alcaldía. En el sistema estadounidense, los gobiernos locales poseen competencias limitadas frente al Estado y las corporaciones privadas, que controlan buena parte del suelo urbano y de los servicios esenciales.

Esto hace que varias de sus propuestas —como el transporte gratuito o la redistribución fiscal— puedan toparse con obstáculos legislativos, judiciales o incluso sindicales. Además, la estructura económica de Nueva York se sustenta en sectores de alta concentración de capital, desde el financiero hasta el inmobiliario. Un cambio de modelo podría generar tensiones con actores clave del desarrollo urbano, lo que obligaría a Mamdani a negociar constantemente entre “el ideal” y la viabilidad.

En la práctica, su gestión servirá para medir cuánto margen real tiene la socialdemocracia dentro del capitalismo contemporáneo. Su programa parte de un ideal humanista —una ciudad más justa, sostenible y equitativa—, pero su éxito dependerá de su capacidad para traducir esa aspiración en mecanismos concretos, sostenibles y políticamente estables.

Por ahora, la incógnita permanece abierta. Queda ver si sus promesas se convierten en política pública o quedan como un manifiesto urbano de buena voluntad. A partir de enero de 2026 dependerá menos del discurso y más de su habilidad para operar dentro del sistema que dice querer reformar.

Resultados y distribución del voto en la victoria de Zohran Mamdani

La elección registró una participación de más de 2 millones de votantes, la más alta en décadas para un proceso municipal.

Mamdani ganó con claridad en Queens, Brooklyn y el Bronx, tres distritos donde la combinación de diversidad étnica, desigualdad económica y densidad poblacional suele determinar los resultados municipales.

En esos condados obtuvo márgenes amplios gracias a la movilización de votantes jóvenes, comunidades inmigrantes, afroamericanas, latinas y asiáticas, además de una porción significativa del electorado progresista blanco.

En contraste, Andrew Cuomo concentró su apoyo en Manhattan, sobre todo en los distritos con mayor poder adquisitivo y vínculos con los sectores financiero e inmobiliario.

Ese patrón reproduce —aunque con matices— la división sociopolítica que se observa en otras grandes metrópolis: los barrios periféricos y multiculturales se alinean con agendas redistributivas, mientras los centros corporativos tienden a mantener posiciones de continuidad institucional.

Uno de los elementos más comentados de esta elección fue la alta participación en zonas tradicionalmente abstencionistas, particularmente en el sur del Bronx y el este de Brooklyn.

Allí, la campaña de Mamdani no se limitó a la propaganda digital o mediática, sino que implementó una red de voluntariado territorial, con asambleas vecinales, recorridos casa por casa y traducciones de material electoral a más de diez idiomas.

Pero más allá de la organización, el factor decisivo fue lo que algunos analistas han llamado la “imagen de intención”: la percepción colectiva de que era el único candidato que hablaba con propósito, no desde la retórica.

Mientras otras campañas centraron su mensaje en la experiencia o la gestión, Mamdani proyectó un discurso de finalidad moral y urgencia social, articulado en torno a la idea de que la política debía “volver a tener sentido”. En un escenario marcado por el escepticismo hacia la clase política, esa diferencia simbólica fue crucial.

El eje central de la campaña de Mamdani fue la percepción de propósito. Su discurso transmitió convicción, una idea de sentido colectivo que contrastó con la tecnocracia habitual de la política municipal.

Más que un catálogo de promesas, su mensaje proyectó coherencia entre intención y acción, lo que generó confianza entre votantes jóvenes y sectores históricamente desmovilizados.

Esa credibilidad emocional resultó clave. Movilizó a un electorado que no solía participar: personas que, por primera vez, sintieron que su voto podía alterar un equilibrio considerado inamovible.

Los estudios preliminares del New York Civic Institute estiman que la franja de 18 a 34 años representó más del 35 % del total de votos, una cifra inusual para elecciones municipales.

También se registró un aumento notable entre votantes naturalizados en la última década, especialmente de origen sudasiático y caribeño, quienes vieron en Mamdani una figura de representación cultural y generacional sin un enfoque identitario excluyente.

La victoria, en consecuencia, no se explica únicamente por la división entre barrios ricos y pobres, sino por una reconfiguración del voto joven y periférico en torno a una figura que encarnó intención, consistencia y sentido de propósito.

En una ciudad acostumbrada a gestores y discursos administrativos, la percepción de autenticidad se convirtió en el factor más poderoso de legitimación política.el tiempo dirá si para bien o para mal.

Perspectiva política de la elección de Zohran Mamdani

La elección de Mamdani representa la consolidación de un sector progresista dentro del Partido Demócrata que busca combinar crecimiento económico con justicia social. Su gestión pondrá a prueba la viabilidad de políticas socialdemócratas en una ciudad donde los intereses inmobiliarios y financieros ejercen una influencia significativa.

Los próximos años mostrarán si su modelo logra equilibrar la redistribución y la sostenibilidad fiscal sin afectar la competitividad económica de Nueva York.

Zohran Mamdani: Identidad religiosa y tensiones culturales

La elección de Mamdani también ha generado reacciones encontradas en torno a su identidad religiosa. El nuevo alcalde se ha declarado abiertamente musulmán practicante y ha destacado su fe como parte de su historia personal, sin convertirla en eje político.

Sin embargo, en redes sociales se han difundido consignas como “N.Y forgott”, en alusión al atentado del 11 de septiembre de 2001, con la intención de cuestionar que un musulmán ocupe la alcaldía de la ciudad.

Diversos medios estadounidenses y organizaciones de derechos civiles han señalado que esas expresiones forman parte de una retórica islamofóbica que resurge cada vez que un político musulmán alcanza visibilidad nacional.

Grupos como el Council on American-Islamic Relations (CAIR) denunciaron la circulación de mensajes que asocian, de forma implícita, la religión islámica con el terrorismo, calificándolos de ofensivos hacia las comunidades musulmanas que también fueron víctimas directas del atentado.

Mamdani no ha respondido de manera confrontativa. En declaraciones recientes afirmó que su compromiso es “con todos los neoyorquinos, sin excepción”, y que la diversidad de creencias forma parte de la esencia misma de la ciudad. Este tema, sin dudas, es profundamente complejo y delicado.

La imagen de Zohran Mamdani a futuro

La elección de Zohran Mamdani marca una transformación en la política urbana de Nueva York. Su victoria refleja el deseo de una parte del electorado por un liderazgo que devuelva sentido ético a la gestión pública y reconecte la política con la vida cotidiana. Más que un cambio ideológico, representa un giro generacional y cultural en la manera de concebir la ciudad.

El programa que propone funciona como un laboratorio de socialdemocracia dentro de un entorno neoliberal consolidado. La vivienda, el transporte y la energía son los pilares de una agenda que busca probar hasta dónde puede llegar la intervención pública en una economía dominada por el capital privado. Es un proyecto más experimental que doctrinario, y su éxito dependerá de la capacidad institucional de convertir principios redistributivos en resultados tangibles.

El punto crítico de su gestión será la coherencia entre intención y acción. Mamdani ganó por la percepción de autenticidad, por proyectar propósito más que promesas. Su legitimidad política se medirá en función de la correspondencia entre su discurso y los efectos concretos de su gobierno.

Este artículo se elaboró con información verificada de Associated Press, PBS NewsHour, CBS News, Vote.NYC, MTA, CUNY Graduate Center, The Guardian, People Magazine y CAIR.
Se priorizaron medios y organismos de alta credibilidad, combinando fuentes institucionales, académicas y periodísticas.
La selección buscó equilibrio y neutralidad: AP, PBS, CBS, Vote.NYC y MTA ofrecen cobertura factual; The Guardian y CAIR aportan contexto desde perspectivas sociales; People añade perfil humano.
El objetivo fue construir un texto informativo, verificable y sin afiliación partidaria, basado en datos contrastados y análisis objetivo del nuevo escenario político en Nueva York.

Miras más contenido desde Youtube a través de Fdh Canal

1 comentario en “Zohran Mamdani es elegido alcalde de Nueva York”

  1. Bertha Domínguez Martínez

    Excelente trabajo
    Muy cierto veremos y se comprobara intención y acción
    Por el momento es plausive su contexto político, social y económico.
    Muchas gracias y bendiciones

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *